jueves, 27 de diciembre de 2012

Cuida de tu bosque


Imagina un espeso bosque. Hay árboles más grandes y frondosos, pequeños y que les queda por crecer, arbustos y hierbajos. Se pueden intuir hasta zonas quemadas y carbonizadas. Ahora imagina que ese bosque es tuyo, que cada árbol lo plantaste tú con cada persona que ha habido en tu vida. Y que la vitalidad y salud de esa  vegetación representa la consolidación de una relación, ya sea amistosa o algo más.

Pues bien, el mío no se puede considerar un bosque. Puede que lo fuera en algún momento, pero poco a poco se han ido pudriendo ciertas zonas hasta quedar desiertas. Otras zonas están llenas de arbustos y hierbajos, florecieron bien en su momento, pero luego dejaron de crecer. Hay pequeños árboles que van creciendo y por culpa de algunas circunstancias, se debilitan y se mantienen secos, pero se mantienen ahí.

Y por último, está el orgullo de mi bosque. Los grandes árboles. Robustos, frondosos y que dan fruto cada día, los que se vuelven fuertes con el paso de los años. Ellos son los que dan significado a mi bosque, puede que no sea el Amazonas, pero por cada uno de esos árboles doy la vida. Algunos hace mucho que no veo a la persona con la que los planté, u otros ni siquiera los he visto en persona, pero el haberles conocido no los cambio por nada del mundo.

Y tú, ¿cuidas de tu bosque?

miércoles, 12 de diciembre de 2012

El destino, ese gran desconocido


Todos somos vulnerables. Todos somos sensibles. Todos somos distintos. Todos buscamos lo mismo. ¿Y si...y si todo se reduce a un único pensamiento?

La vida en sí parece compleja, pero no lo es en esencia. Es compleja porque está hecha de innumerables aspectos, vivencias, experiencias, detalles, pero todos ellos se reducen a lo mismo: a lo que piensas y sientes cuando vives y pasan este flujo de resultados.

Todos estamos en un lugar concreto, y simplemente por ese hecho, estamos condicionados a realizar determinadas acciones. Por estar en este lugar, conocemos y se nos cruzan ciertas personas que, en un ámbito mayor o menor, también te están condicionando a que pienses y actúes de una manera.
No digo que todos seamos como plastilina, que cualquiera nos puede coger y moldearnos a su manera, pero en cierta manera se puede pensar que todos somos un poco “plásticos”, porque inconscientemente, todos y cada uno nos condicionamos entre nosotros a ser como somos.

Es fácil pensar entonces que algunas personas son únicas, que pensamos, ¿qué hubiera pasado si no hubiera conocido a esta persona? o ¿sería el hombre que soy si no hubiera conocido a él/ella o si no hubiera estado en ese lugar en el que la conocí?

Todo se reduce a un único pensamiento. Aunque mejor dicho, todo se reduce a las decisiones.
Las decisiones son como las bifurcaciones que se encuentra un caminante en un sendero. Si escoge uno de los caminos, lo seguirá hasta encontrar otra división en el camino y tendrá que volver a elegir. El caminante en este caso puede corregir su error si ve que va por el mal camino. Las decisiones, en cambio, no tienen marcha atrás.

Nosotros elegimos nuestro propio destino. Lo único que no podemos cambiar ni elegir es si en ese camino que escogemos encontraremos lo que buscamos o encontrar a esa persona que no entienda y nos acepte.

Ahí está el gran atractivo de la vida... el constante camino hacia lo desconocido.